Con un estilo crudo, en el que las cosas se llaman por su nombre,
en sus versos aparece un trasfondo silencioso que puede impactar
de dos maneras al lector: inmediatamente o con un efecto retardado
pero contundente. Imágenes cotidianas, sucesos aparentemente
intrascendentes, dialogan con los grandes temas de la
literatura: la muerte, el deseo o la trascendencia.
Con un estilo crudo, en el que las cosas se llaman por su nombre,
en sus versos aparece un trasfondo silencioso que puede impactar
de dos maneras al lector: inmediatamente o con un efecto retardado
pero contundente. Imágenes cotidianas, sucesos aparentemente
intrascendentes, dialogan con los grandes temas de la
literatura: la muerte, el deseo o la trascendencia.